miércoles, 21 de noviembre de 2007

Yo y los hombres III

Al poco de llegar a la ciudad de D conocí a mi grupo de amigos.
Esa misma noche D II me besó.
D II era un chico súper guapo, cariñoso, atento...y yo le gustaba tanto como él a mí. Pero éramos iguales.
Los dos habíamos salido escaldados de otras relaciones y el tiempo que estuvimos juntos fue tan bonito como horrible.
Realmente se portó como un auténtico capullo de 16 años (tenía 22) y a día de hoy, cuando se emborracha me pide perdón durante horas. También ahora somos buenísimos amigos.
la cosa no funcionó.
Y un mes más tarde, llegó ÉL.
Al principio pensé que era imbécil, no dejaba de meterse conmigo (sí, estábamos como niños de 14...) y soltarme cosas nada agradables.
Y me encantó.
Y después de un mes de tonteos, me besó.
Todo muy bonito, hasta que volviendo a casa a las 9 de la mañana me contó su secreto; tenía novia.
¡BRAVO! Lo mío era suerte.
Llegaron las vacaciones de Navidad, él se fue a su ciudad y yo volví a la mía.
Y en enero, volvió.
Y empezó todo.
Me acuerdo de la primera noche que dormí en su casa.
De una noche que fui a cuidarle.
Y sobre todo recuerdo no poder parar de pensar en su novia y estar constantemente evitando el tema.
"así estoy bien"
pasan los meses, con nuestra no-relación. Llega semana santa, me olvido, se acaba, vuelta a la ciudad de D y un sms esperando.
Ya no está con su novia.
Pero todo va a peor.
Y peor
Y peor...
En junio se acabó. Y dos semanas después besó a mi mejor amiga.

Hombre I, Hombre II, Hombre III (ains), Hombre IV (aaaaaaains) y se acabó el verano.
¡Qué verano! ¡Qué bien me lo pasé! Y vuelta a la rutina.
Sin él, sin nadie.

Follamigo.
Navidad.
Vuelta a empezar.

Fue el primer finde después de las vacaciones. Ella dice que recuerda perfectamente que esa noche sabía que iba a pasar algo. Que estábamos tonteando un montón. Yo no recuerdo nada porque estaba increíblemente borracha.

Volvíamos a casa. Fue muy raro, porque cogió el camino más largo para volver a la suya, mi camino. Él y yo.
Cuando yo ya me iba me lo dijo.

"Fui un imbécil. Me encantas. Vete ya por favor, si no te vas no voy a poder evitar besarte..."

Y yo no me fui. Y le acompañé a casa. Porque soy una ñoña. Y en realidad no había nada que me apeteciera más que que me besara.
De eso hace ya 10 meses.

Y todos los fines de semana sigo acompañándole a casa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese chico tiene mucha suerte de que lo acompañes cada fin de semana, espero que pronto se de cuenta, me gusta lo que escribes, animo y enhorabuena por el blog

Comer es un placer dijo...

Muchísimas gracias.
Pensé que todo se quedaría en una tontería sin un solo lector, me encanta que te guste :)

MadRod dijo...

HIja, por diosyporlavirgendelantiguohimen, qué vida. Y yo que no "perdí la virginidad" hasta los 17...

Habibi dijo...

snif snif qué bonito
qué suerte tienen algunos.
echo de menos los inicios, pero es que después de 5 años ya no hay nada que empezar.
Eres un poco Carrie, no crees?

Comer es un placer dijo...

Hace unos días me lo estaba planteando...de los Bradshaw de toda la vida.