lunes, 26 de noviembre de 2007

G

La historia con G fue corta e intensa. En diciembre del año pasado, cuando yo no estaba con nadie apareció.
Fue una historia de atracción y pasión, nada más.

Sé que la gente notó que tonteábamos y dio por hecho que íbamos a liarnos, mucha gente me lo preguntó el día después de nuestro tonteo oficial. Pero ese día no pasó nada, es más, acabé con un abogado de 27 años al que conocí en una discoteca y nunca más llamé.

El día siguiente salimos, y a las 7 de la mañana volvimos varios a la casa en la que vivían 3 de mis amigos, él incluido.
Nos llevábamos muy bien, y hasta el día del abogado ni me había planteado la idea de tener nada con él.
Cuando llegamos, estuve hablando un rato con un amigo en su cuarto, luego iba al salón y me lo encontré en la puerta de su cuarto. Empezamos a hablar y a pintarnos con un rotulador, hasta que me besó. Era diciembre y el frío no me dejó dormir. Por la mañana me desperté, él también lo estaba, era otro chico distinto, era cariñoso, simpático e incluso dulce, nada que ver con el chico que conocía. Y me fui a mi casa.
El día siguiente no sé cómo volvimos a acabar en su cuarto. Sexo de calidad, duro, sin mariconadas.

No recuerdo muy bien ese mes. Sé que hubo otro día en su cuarto.
Llegaron las navidades, me olvidé totalmente de G y cuando acabaron volví.

El primer fin de semana de enero tras mi vuelta fue cuando apareció ÉL.

El fin de semana siguiente, tras ver a una chica con la que había estado liado en verano besarle, me fui.
La chica se cabreó porque salió fuera a buscarme, me iba a casa de mi amiga (que vivía en la misma casa que G) y ÉL estuvo persiguiéndome por la calle.

Otra cosa no, pero cabezona y orgullosa en exceso.

Luego me mandó los típicos mensajes a los que me tiene acostumbrada.
Sobre qué era lo que tenía que hacer para que le hiciera caso, sobre lo gilipollas que era, que ella no le dejaba en paz, y que le gustaba yo...

A mí me dio igual. Me quedé dormida en el sofá del salón.
Me puse a llorar y me puse los cascos.
Una hora después llegó G a casa. Llegó al salón, encendió la luz, me despertó y me llevó a su cuarto.

A la mañana siguiente me fui silenciosamente de su cuarto y cerré la puerta.

A los 2 días ÉL me llamó para darme mi regalo de navidades, advirtiéndome que estuviera tranquila, que esperaba no cagarla más y que no pensaba avalanzarse sobre mí, que no le quedaba cara para eso.

Es tan gracioso leer mensajes antiguos en el móvil...

2 comentarios:

Azid Phreak dijo...

Simple y llanamente, me tienes hipnotizado Víbora. No puedo parar de leer tus (des)venturas con mis compañeros de sexo. Realmente si hay dos seres dispares en la naturaleza somos los hombres y las mujeres. Eso si, cuando dos encajan al milímetro dicen que la luz que generan puede verse a parsecs de nuestro sistema solar.

Gracias por dejarme compartir contigo esos retazos de tu vida. Felicidades por el blog.

Un saludo!

Comer es un placer dijo...

No te puedes ni imaginar la ilusión que me hace leer eso :)